El experimento de la prisión de Stanford: la delgada línea entre el bien y el mal.

Únete a 5.588 seguidores más

Suscríbete a las novedades por correo electrónico. Lee sin publicidad. Accede a todo el contenido de calidad suscribiéndote por sólo 6€/año.

En 1971 el psicólogo de la Universidad de Stanford Philip Zimbardo realizó un experimento para comprobar  la delgada línea que separa el bien del mal, y ver que ocurría cuando personas buenas interactúan en un contexto negativo. El experimento fue subvencionado por la Armada de Estados Unidos para intentar dar una explicación a los conflictos en su sistema de prisiones. Para el experimento puso un anuncio dirigido a los estudiantes de la universidad, a los que ofreció 15 dólares diarios por su participación. Fueron seleccionados 24 estudiantes, divididos en dos grupos, a los que se les asignó el papel de delincuentes se les arrestó ficticiamente y fueron encarcelados en los sótanos de la Universidad, que fueron habilitados como  celdas de una auténtica prisión, humillados rapándoles la cabeza, siendo desprovistos de su ropa interior, y se les roció espray antiparásitos. A otro grupo de voluntarios, los que puntuaron como más pacíficos en los tests previos, se les asignó el rol de policías, y debían de ejercer su autoridad sobre los presos, en la forma de vejaciones, burlas, y desprecios sobre estos.
El experimento, que en un principio iba a durar dos semanas tuvo que ser interrumpido a los seis días de iniciarse porque la situación afectó bastante a los participantes: los guardias se tomaron demasiado en serio sus funciones, actuaron de forma sádica y los reclusos mostraron síntomas depresivos, con evidente estrés y desórdenes emocionales.
 Pero no sólo afectó a los participantes en el experimento, también las personas que observaron día a día lo que ocurría dentro vieron como normal lo que estaba sucediendo, siendo únicamente la médico de la Universidad, Christina Maslach la que advirtió en una revisión a los estudiantes el deterioro en el que se encontraban, pidiendo que se cancelara el experimento.
La conclusión que sacaron es que la influencia del ambiente al que se sometió a los participantes fue lo que propició el lamentable comportamiento de los guardias y el deterioro emocional de los encarcelados.
 En esta página de explica el experimento al detalle: prisonexp.org

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Alimentación Bienestar Cursos y guías Deporte Depresión Educación e hijos Estrés y ansiedad Experimentos Familia Internet y redes sociales Libros Libros de psicología Memoria Mindfulness Otras lecturas Pareja Psicologia cognitiva Psicología Psicología de la emoción Psicología positiva Psicología Social Sin categoría Terapias Terapias Tercera Generación Trabajo Trastornos mentales

Crea un sitio web o blog en WordPress.com

A %d blogueros les gusta esto: