Un año más llega una fecha perfecta para proponerse cambios o nuevos proyectos en nuestra vida: el año nuevo. Pero antes de hacer propuestas, que puedan quedar fuera de nuestro alcance por ser demasiado «optimistas», deberíamos preguntarnos algunas cosas como estas:
1º¿Que nos haría ser más feliz? Para unos puede ser hacer más deporte y perder peso, para otros, dedicarle menos tiempo a cosas que no le sirven para nada, como ver tanta televisión, y aprovechar el tiempo en otras cosas más productivas (estudiar un idioma, hacer un curso de cocina,…).
2º¿Qué cosas concretas producirían el cambio? A veces deseamos cosas abstractas, nos decimos que queremos ser más optimista, o disfrutar más. En lugar de esto deberíamos pensar en cosas concretas, como oir música, salir con amigos, o aficionarnos a la lectura. Cambiar la propuesta «voy a comer sano» por «voy a comer ensalada tres veces a la semana, por lo menos»
3º¿Son mis objetivos suficientemente «pequeños»? Es mejor tener pequeños proyectos de resolución fácil que otros grandes y ambiciosos, imposibles de cumplir. Tendemos a sobrestimar lo que podemos hacer en el corto plazo. Una propuesta humilde puede llegar más lejos que una ambiciosa.
4º¿Cómo voy a controlar la consecución de los objetivos? Tan importante como los buenos propósitos es saber como vamos a controlar que lo estamos haciendo bien y que nuestras acciones diarias nos están llevando a la consecución de nuestros objetivos: anotando nuestros logros y pasos conseguidos en una agenda, haciendo un planning de los pasos a dar, …
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