Hablando de conductas sexuales, lo que en algunas culturas puede ser considerado normal en otras no lo es tanto, incluso en la misma cultura las cosas van cambiando con el tiempo, como la masturbación o la homosexualidad, y lo que antes se consideraba una anomalía sexual, por cambios sociales, culturales o políticos o la suma de todos hoy en día ya no lo son y entran dentro de los criterios de normalidad.
Así, no es de extrañar la dificultad para clasificar las conductas anormales o desviadas, es decir, aquellas conductas caracterizadas por la excitación ante objetos y situaciones que no forman parte de los patrones sexuales normativos o la necesidad del uso de estímulos distintos a los considerados como sexualmente normales.
En 2012 un juez marroquí autorizó al esposo viudo a mantener relaciones con la difunta, en occidente esto nos parece una aberración y es sólo un ejemplo de lo que confirman los estudios transculturales: no existe un criterio común en cuestiones de práctica de sexo.
Uno de los criterios para determinar si una conducta es desviada o no es el grado en que interfiere en el ajuste sexual y dificulta una relación sexual satisfactoria. Otro criterio es si la conducta representa un peligro o una agresión para el que lo practica o para las personas objeto de tal conducta. Lo más importante a la hora de determinar la normalidad o no de una conducta es, por una parte, que haya acuerdo entre las personas que practican sexo juntas y que no vaya en contra de los derechos y libertades de ellas, por eso a lo largo de las siguientes décadas la clasificación de las conductas desviadas posiblemente sufra modificaciones, descartándose como tales algunas que hoy en día sí nos lo parecen.
Las parafilias o desviaciones sexuales las define el DSM-IV ( Sistema de clasificación de los trastornos mentales) como el grupo de trastornos cuya sintomatología esencial e la presencia de fantasías sexuales intensas y recurrentes, de impulsos o comportamiento que generalmente se practican con objetos, sufrimiento o humillación, o niños o personas que no consienten. Se incluyen el exhibicionismo fetichismo, frotteurismo (placer al frotarse con otras personas en lugares públicos), paidofilia o pedofilia, masoquismo y sadismo sexual, fetichismo transvestista y voyeurismo, troilismo (realizar el coito con más personas al mismo tiempo o en presencia de más personas), necrofilia (con cadáveres) también la zoofilia y la necrofilia. Se establece además un criterio de gravedad, pudiendo ser leve, moderada o grave, según se haya actuado nunca, en algunas ocasiones o repetidamente.
Según las estadísticas afectan más a los hombres, siendo únicamente en el masoquismo donde se da en un porcentaje superior en mujeres que en hombres. Foto: Google images
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