La jubilación es una etapa de la vida a la que no se llega de un día para otro, sino que hay una transición en la que se pasa por varias etapas. El psicólogo Atchley (1975) propuso una serie de fases que siguen las personas, un proceso de adaptación que constaría de las siguientes fases:
Una primera fase: la prejubilación, en la que se está trabajando aún, pero ya se empiezan a hacer planes de lo que será la jubilación, qué otras actividades se pueden realizar, proyectos, etc. La siguiente fase sería la jubilación propiamente dicha, que es cuando ya se está jubilado. Ésta comprende una etapa de euforia, tras dejar de trabajar, llamada luna de miel, en la que los jubilados realizan las actividades que querían hacer hace tiempo y que tenían planeado, como estar más con la pareja, los hobbies,… Otros optarían por el descanso y el relax, descansando de las obligaciones tenidas durante la vida laboral, y otros optarían por la continuación en sus actividades de antes, o similares, como por ejemplo si se ha sido mecánico, seguir con el hobby del automovilismo.
La segunda fase por la que se puede pasar es la de desencanto, en la que el jubilado se puede sentir desengañado al ver que no puede cumplir las expectativas iniciales que pensó en la prejubilación. Tras esta fase hay una reorientación, en la que se asume una visión más realista, desarrollándose un perspectiva más acorde con la realidad, en cuanto a posibilidades y limitaciones tanto sociales como económicas.
Finalmente, la última fase sería la de estabilidad, en la que logra estabilidad emocional y ajuste adecuado y satisfactorio en su rutina del día a día.
Posteriormente otros investigadores han hallado que estas fases no se dan secuencialmente ni se dan en todas las personas. María Aymerich Andreu, Montserrat Planes Pedra y María Eugenia Gras Pérez, de la Universidad de Girona, realizaron un estudio y hallaron que las fases más frecuentes fueron la de reorientación y estabilidad. Otros trabajos dicen que es la fase de luna de miel la que más se da, mostrando los jubilados altos niveles de energía, satisfacción personal y salud mental. Esta diversidad de resultados puede ser debida a que intervienen diversos factores en la forma de adaptarse a la jubilación, como son la salud, tanto la del jubilado como la de sus seres queridos más allegados, el estatus profesional, ya que a mayor estatus y nivel educativo mejor hay un mayor ajuste en la jubilación, sentir que se han alcanzado las metas profesionales, el apoyo social y los recursos económicos.Foto de Flickr
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