La familia constituye uno de los más importantes ambientes de desarrollo y socialización de los niños. Los pilares básicos de la educación de los hijos son el afecto, la comunicación, las normas y límites y la autonomía de los hijos. La influencia de los padres es fundamental y muy importante para la correcta adaptación de los menores en la sociedad con las normas de educación y socialización. Pero no sólo influyen los padres en sus hijos, también lo hacen los contextos más cercanos como el colegio y los amigos. La influencia es también bidireccional, los hijos también influyen en los padres en el sentido de que estos últimos adaptan su estilo según el comportamiento y la actitud de los primero.
Primero fue el psicólogo Baumrind, con tres estilos de crianza y posteriormente Maccoby y Martin (1983), con un cuarto estilo los que definieron las formas de educación de los hijos:
Padres democráticos: tienen un alto grado de control, imponiendo límites en la conducta de sus hijos, explicando el porqué de las reglas impuestas, pero al mismo tiempo de afectividad y oyen las necesidades y demandas de los hijos. En estas familias los hijos muestran una alta autoestima, competencia social y óptimo rendimiento escolar.
Padres autoritarios: son padres rígidos con las normas y poco afectuosos, utilizan normas autoritarias, castigando duramente la desobediencia. Para estos padres la disciplina es lo más importante, y muestran poca afectividad con los hijos. Éstos suelen ser dependientes, sin criterio propio porque se los han impuesto siempre.
Padres permisivos: al contrario de los anteriores, se muestran afectuosos pero pasan de imponerles reglas de conductas. No les demandan compromiso ni madurez a los hijos. En las familias con este estilo de educación los hijos tienden a ser rebeldes, impulsivos y sin capacidades sociales, pero también pueden ser extrovertidos, impulsivos y creativos, según Baumrind. Frases típicas de los padres con este tipo de estilo educativo son «mi hijo de merece lo mejor», o «si me lo puedo permitir por qué no le voy a dar todo lo que me pide».
Padres indiferentes: es el peor estilo educativo, no hay ni apoyo emocional ni control sobre los hijos. En este tipo se suele encuadrar las familias con hijos maltratados, suelen tener los peores resultados, y los jóvenes delincuentes suelen pertenecer a este tipo de hogares.
Foto de Flickr.com
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