Desde la Psicología Positiva se introduce la noción de Capital Psíquico. La Psicología Positiva ofrece una oportunidad para reorientar y construir ciertas perspectivas psicológicas, rechazando la patologización de las conducta humanas, en tanto se diferencian de un supuesto término medio considerado normal. Una cosa que no se ha logrado plenamente es que la salud mental proporciona tratamientos eficaces para las patologías mentales, pero hace poco para la prevención de éstas. Haciendo una analogía con la salud física, en las últimas décadas hemos aprendido a cuidarnos, a prevenir antes que curar, haciendo deporte o manteniendo una vida activa físicamente, comiendo lo más sano posible, y evitando conductas claramente perjudiciales para la salud, como por ejemplo fumar o consumir alcohol en exceso.
Los psicólogos de la Psicología Positiva intentan comprender y analizar cómo y por qué, ante situaciones de máximo estrés, las personas pueden desarrollar fortalezas, emociones positivas y proyectos de vida. Tendrán que buscar qué factores, circunstancias y procesos intervienen para que la persona, a pesar de los problemas piensan que la vida merece la pena.
Este conjunto de factores y procesos que ayudan a protegerse y sobrevivir ante la adversidad y de generar fortalezas personales es lo que se llama el Capital Psíquico.
Frente al modelo médico centrado en el estudio de las enfermedades, las psicologías Social, del Desarrollo o de la Personalidad se han centrado en temas que enriquecen y complementan las propuestas de la Psicología Positiva: cultura y emociones, vínculos interpersonales, relaciones románticas y estilos de apego, inteligencia emocional, sabiduría, empatía, autoestima, pautas de crianza y bienestar psicológico, entre otras.
Las 5 principales categorías de factores que se consideran que forman la estructura del Capital Psíquico serían las siguientes:
1. Capacidades cognitivas para adquirir y usar formas de conocimiento:
La creatividad, que es la capacidad para generar comportamientos novedosos, sorpresivos, poco comunes, que a su vez faciliten la adaptación y el momento histórico que se vive. Supone habilidad para resolver problemas de manera original, es el pensamiento divergente.
La curiosidad, o interés por lo nueva, lo diferente y la apertura hacia experiencias poco comunes.
La motivación para aprender implica una actitud positiva hacia el conocimiento de las causas de diferentes tipos de sucesos o fenómenos, poder experimentar sentimientos positivos y gratificantes en el proceso de adquisición de nuevos aprendizajes.
Y la sabiduría, que está integrada por un conjunto de estrategias refereidas a encontrar el sentido de la vida y lograr conocimientos acerca de las denominadas pragmáticas fundamentales: planificar, dirigir, comprender.
2. Capacidades emocionales para desarrollar proyectos, superando obstáculos:
Honestidad, rasgo de la personalidad para poder expresar aquello que se sienta y piensa.
Autoestima, estado emocional respecto a cómo se valora un persona a sí misma.
Persistencia, que implica continuidad voluntaria de una acción dirigida al logro de determinadas metas, superando las dificultades o sentimientos de desaliento que surjan.
Y resiliencia, que es la capacidad para sobrevivir y superar dificultades a pesar de experimentar violencia, enfermedad, catastrofe, etc, intentando lograr una adaptación positiva.
3. Habilidades cívicas para logar mejor participación ciudadana:
Liderazgo, lealtad, que es un sentimiento de identificación con una causa común y un proceso de poder pensar en la obligación de defenderla y sostenerla.
Compromiso, como la capacidad para realizar una tarea o ejercer un rol de manera sostenida a lo largo del tiempo.
Y prudencia, que implica orientación cognitiva hacia el futuro personal, formas de razonamientos prácticos que ayudan al logro de las metas en el mediano y largo plazo.
4. Capacidades para establecer vínculos interpersonales:
Inteligencia emocional, entendida como la capacidad para percibir, evaluar, expresar y comprrender las emociones de forma adaptativa a fin de que faciliten los procesos cognitivos y el crecimiento personal.
Amor, sentido del humor y empatía y altruismo (motivación para ayudar y beneficiar a los demás).
5. Sistema de valores como metas que orientan los comportamientos:
Sentido de justicia, habilidad para respetar y hacer respetar las leyes y formular juicios morales.
La capacidad de perdonar, que requiere un proceso de cambio en las motivaciones interpersonales.
Gratitud, sentimiento relacionado con ser capaces de admitir que se ha recibido una ayuda, un estímulo o un reconocimiento.
Espiritualidad, o conjunto de sentimientos y acciones que surgen en relación con concepciones sobre lo sagrado, no necesariamente dentro de una comunidad religiosa o culto.
Fuente: María Martina Casullo, Doctora en Psicología, Universidad de Palemo (Argentina). Foto: Flickr
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