Nos puede parecer que el cerebro de un adulto está plenamente desarrollado y que no se puede cambiar, pero en la edad adulta también crecen nuevas neuronas en el hipocampo, que sepamos hasta el momento, y se crean nuevas conexiones entre ellas. Esto se produce a la característica especial de la plasticidad: el cerebro es capaz de aprender también en la edad adulta.
Un estudio clásico es el de Eleanor Maguire, profesora del University College de Londres, en el que participaron taxistas de Londres. Estos trabajadores tienen que realizar un examen para conseguir su puesto, y las preguntas tratan de las posibles rutas para ir de un sitio a otro de la ciudad.
La zona del cerebro que guarda los datos necesarios para recordar la ubicación espacial de los objetos y de actualizar la representación espacial es el hipocampo.
Esta zona era más grande, y con mayor cantidad de materia gris, en los taxistas (17 en total) que en otras personas, 18 conductores de autobús de línea regular (este es el «grupo control», otros participantes en el estudio que no eran taxistas, con los que se comparan los resultados) tras ser comparadas mediante técnicas de resonancia magnética funcional y estructural.
También, curiosamente, el tamaño del hipocampo correlacionaba con el tiempo que llevaban de taxistas, por lo que se confirmó el cambio en el cerebro con la experiencia para hacer frente a las exigencias medioambientales (tener que recordar datos espaciales y direcciones). Este es el enlace al estudio.
Ya sabes, nunca es tarde para aprender cosas nuevas.
Fuente de la foto: Flickr.com
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