
Vivir estresado o enojado eleva hasta tres mil veces los riesgos para la salud nos explican las consecuencias para la salud de nuestro cuerpo:
En el cerebro, falta de concentración, déficit cognitivo y toma de malas decisiones, memoria, ansiedad y depresión e insomnio.
Taquicardia e hipertensión arterial.
En el aparato digestivo: intolerancia, gastritis, reflujo.
En la piel: exceso de sudoración, alergias, manos y pies frios.
En los pulmones: respiración agitada, mareo y confusión.
En el páncreas: incrementos de insulina, diabetes, deseo de comer dulces (hipercalóricos).
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