Excusas o impedimentos para no cambiar los hábitos alimentarios

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Actualmente el interés en la salud y la nutrición está bastante generalizado, se pueden encontrar muchas publicaciones tanto en formato revista de papel como online, en periódicos, aplicaciones móviles, etc. Se han desarrollados muchos programas de carácter preventivo por parte de diversos profesionales de la salud como dietistas, farmacéuticos, médicos, educadores, y no tanto, psicólogos, pero a pesar de esto, nos encontramos con ciertas dificultades para cambiar las conductas alimentarias que podrían poner en riesgo nuestra salud. Estas son algunas de ellas:

1. El horario en los hábitos alimentarios. En lugar de adecuar nuestro horario diario a nuestras necesidades alimentarias, ocurre al contrario:  la «hora de comer» hace de estímulo condicionado y el hambre llega cuando se acerca esta hora establecida, aunque no tengamos apetito realmente.

2.La fuerza de voluntad. La típica excusa para no ponerse a dieta o comenzar un programa, en este aspecto puede incidir mucho el psicólogo, que puede cambiar nuestras falsas creencias de que los cambios no dependen de nuestra voluntad, sino de alguna cualidad «secreta» que tienen algunas personas para hacer las cosas que se proponen. El desarrollo de habilidades de autocontrol se pueden aprender.

3.Ocupaciones diarias. Estamos ocupados todo el día en tareas de trabajo, familia, hogar, y tenemos la percepción de que no tenemos tiempo para nada más. No consideramos como una obligación el promover las conductas necesarias para adquirir un estilo alimentario óptimo, y también para hacer ejercicio físico. No tenemos ni un minuto y cuando lo tenemos estamos tan cansados que lo último que nos apetece es meternos en la cocina.

4.El precio de los alimentos. Este factor se da más en países menos desarrollados, en países europeos no supone un factor determinante en los obstáculos para tener hábitos alimentarios saludables, al contrario, evitar la bollería o la comida precocinada, puede hacer que ahorremos en la cesta de la compra .

5.Otro factor es la sobrecarga en las actividades diarias, que repercute en el establecimiento de hábitos alimentarios saludables, poniendo esto de manifiesto cuando, por ejemplo, llegamos a casa después del trabajo y nos cuesta ponernos a cocinar un plato saludable, lo más fácil es recurrir a platos preconizados, preparados a domicilio, embutidos, etc.

6.El estado emocional puede influir en la conducta de ingesta, a algunas personas les afecta inhibiendo el deseo de comer y otras al contrario. De hecho, las señales internas relacionadas con estados emocionales o estrés son confundidas con las señales de sensación de hambre, e incitan a comer.

Comer bien y la práctica de ejercicio físico es fundamental para nuestra salud, está demostrado. A qué esperar para empezar a cuidarte!

Foto de Michael Stern

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