Los conceptos de calidad de vida, bienestar subjetivo, satisfacción vital y felicidad, son característicos del enfoque teórico denominado psicología positiva.
La calidad de vida es un concepto polisémico, habiendo sido definido en psicología de modos tan distintos como bienestar subjetivo, felicidad, satisfacción y, aunque éstos tienen distintos significados, en la mayoría de los estudios son utilizados de manera indiferenciada.
La calidad de vida incluye componentes objetivos y subjetivos, relativos a diversos ámbitos de la. Una definición integradora es la de Ardila (2003): «. . . un estado de satisfacción general, derivado de la realización de las potencialidades de la persona. Posee aspectos subjetivos y objetivos. Es una sensación subjetiva de bienestar físico, psicológico y social. Incluye como aspectos subjetivos la intimidad, la expresión emocional, la seguridad percibida, la productividad personal y la salud percibida. Como aspectos objetivos el bienestar material, las relaciones armónicas con el ambiente físico, social y con la comunidad, y salud objetivamente percibida».
Su dimensión objetiva se refiere a la disponibilidad de bienes y servicios para cada persona, mientras la subjetiva refiere a la valoración de aquello en relación a la propia vida.
Algunos autores plantean que la Calidad de vida incluye al bienestar como componente subjetivo del concepto, el que a su vez estaría conformado por aspectos cognitivos y afectivos.
El componente cognitivo del bienestar sería la satisfacción vital, ya sea de manera global o por dominios específicos, y el componente afectivo refiere a la presencia de sentimientos positivos, lo que algunos autores denominan felicidad. En una dirección distinta a la precedente, hay quienes postulan a la felicidad como concepto mayor, inclusivo del bienestar y la satisfacción.
En el ámbito de la política, un nuevo análisis desmiente lo que otros estudios aseguraban que los políticos conservadores eran más felices. Esta vez se han utilizado técnicas de big data (grandes cantidades de datos sometidas a análisis), con las que se han analizado millones de palabras de transcripciones del Congreso de EE.UU., 47.000 tuits y 500 fotos.
Este estudio se ha realizado en la Universidad de California y ha sido publicado en el último número de la revista Science. Se observaron patrones similares de lenguaje emocional y de comportamiento risueño entre los políticos, los usuarios de Twitter y los de Linkedin.
La conclusión es que los políticos progresistas usan un lenguaje emocional positivo más frecuentemente y sonríen más genuinamente en sus fotografías. Otra conclusión a la que han llegado es, en el caso de las autoevaluaciones sobre felicidad y cualidades como la inteligencia, la moral y las habilidades sociales, que los conservadores tienden a verse a sí mismo desde un prisma más favorable.
Fuentes: agencissinc.es y MOYANO DIAZ, Emilio y RAMOS ALVARADO, Nadia. Bienestar subjetivo: midiendo satisfacción vital, felicidad y salud en población chilena de la Región Maule.
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