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La paciente expresa la siguiente descripción de hechos que habrían ocurrido en Medellín: “El 20 de febrero por la noche vi que un humo me salía por la boca. Al día siguiente me miré al espejo y vi que mis ojos habían cambiado: no tenían vida”. Y agrega: “Me di cuenta de que ese humo era mi alma saliendo de mi cuerpo”. Esto lo interpretó como “un castigo por haber deseado la muerte, por haber intentado suicidarse”. Desde entonces, empezó a hablar constantemente de haber sido condenada a ser “una muerta en vida, un zombi por toda la eternidad”. (Del estudio de caso referenciado al final de este artículo).
El síndrome de Cotard, tambien llamado el síndrome del zombi, es un trastorno poco común, en la que la principal característica es la presencia de delirio nihilístico o de negación (ideas de negación) que conduce a la persona a la negación de su propia existencia y del mundo exterior. El paciente cree que es un muerto viviente o zombi, que está perdiendo su capacidad intelectual y de expresar sentimientos, así como de partes de su cuerpo. Descrito por primera vez por el neurólogo francés Jules Cotard en 1880, que describió el caso de una mujer de 43 años que creía que no tenía cerebro, ni órganos, y que solo era piel y huesos, negaba la existencia de Dios o del diablo y pensaba que era eterna y viviría para siempre.
En algún caso el paciente quería que lo metieran en un ataud ya que pensaba que estaba muerto. Se estima que desde 1880 se han documentado 100 casos, donde en un 89% de los casos se presenta depresión, seguidas en menor porcentaje de delirio, ansiedad, ideas de culpa, delirios hipocondríacos y delirios de inmortalidad. La mayoría de los casos se dan en la edad adulta media y es más frecuente en mujeres que en hombres.
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En algunos casos los síntomas se acercan más a los trastornos delirantes que a los afectivos (ansiedad, depresión, entre otros). Y en otros se da de forma mixta.
Otros síntomas son alucinaciones olfatorias (olor a podrido que emana de su propio cuerpo, percibir olor fecal, cambio en los olores y sabores de los alimentos), cenestésicas (cosquilleos bajo la piel que son interpretados como que la carne se está descomponiendo o que los gusanos iban a salir de debajo de la piel). De ahí su semejanza con los «zombis».
La aparición del síndrome es normalmente repentina, habiendo una fase inicial de ansiedad, seguida de irritabilidad, sentimientos depresivos posteriormente, ideas de pérdida de capacidades de razonamiento y expresión de emociones.
Todavía se está debatiendo si es un síndrome, es decir, un conjunto de síntomas que pueden darse en una enfermedad mental específica como la esquizofrenia o la depresión. O es una enfermedad específica, por lo que no está definido en los sistemas de clasificaciones de los trastornos mentales.
Algunas consecuencias de este síndrome son: dejar de comer, ya que se piensa que un muerto no come, pérdida de peso, convicción de que ya no tenía órganos, y pensamiento de que la única solución, paradójicamente, es el suicidio para terminar con la situación del paciente.
Fuente: Castrillón Muñoz, Eduardo, Gutiérrez Alzate, Boris, Síndrome de Cotard: presentación de un caso. Revista Colombiana de Psiquiatría [en linea] 2009, 38 (Sin mes) : [Fecha de consulta: 19 de octubre de 2018] Disponible en:http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80615419014ISSN 0034-7450
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