Un tratamiento psicológico debe ser eficaz, efectivo y eficiente, y no son palabras sinónimas:

• Eficaz: se refiere a la capacidad de lograr los resultados deseados o alcanzar los objetivos establecidos. Algo o alguien es eficaz cuando cumple su propósito o produce el efecto esperado.
• Efectivo: se refiere a la capacidad de producir un resultado efectivo, que puede ser de gran calidad o tener un impacto significativo en un objetivo determinado. Algo o alguien es efectivo cuando produce el resultado deseado de manera adecuada y eficiente.
• Eficiente: se refiere a la capacidad de realizar una tarea con la menor cantidad de recursos posible, como tiempo, dinero o energía. Algo o alguien es eficiente cuando logra un objetivo o realiza una tarea de manera óptima, utilizando los recursos de manera efectiva y reduciendo el desperdicio.

Las intervenciones psicológicas han demostrado su eficacia y utilidad clínica en una amplia variedad de ámbitos de aplicación, que no se limitan únicamente a contextos sanitarios o a trastornos mentales clínicamente diagnosticados según los sistemas clasificatorios internacionales. La promoción de la salud mental y la prevención de dificultades en el ajuste psicológico en contextos educativos o sociales son dos ejemplos destacados. Contar con tratamientos psicológicos empíricamente respaldados tiene consecuencias en múltiples niveles, como la mejora de la calidad y accesibilidad de la atención psicológica. Todo profesional de la psicología debería ser responsable de aplicar los tratamientos que sean mejores, con mayor apoyo científico.