En los orígenes de la ciencia cognitiva un tema central era si las máquinas podían llegar a  pensar como las personas. M. Turing, matemático considerado uno de los padres de la computación y precursor de la informática moderna, se planteó esta cuestión proponiendo que si una máquina o un ordenador podía realizar una acción o cálculo propio de un humano, se podría considerar que es inteligente. Como un juego de imitación, si una persona pregunta a dos interlocutores, uno hombre y otro una máquina y no sabe distinguir cual es cual, el ordenador habría pasado la prueba de Turing y se podría considerar que tiene inteligencia artificial. Una de estas pruebas son los captchas que vemos en las webs para suscribirnos o comentar algo, si pasamos la prueba es que somos humanos, porque un ordenador o programa nunca podría saber cuales son las dichosas letritas.

Pero no todos están de acuerdo, aunque sí la mayoría, en todo esto. John Searly cuestionó que la prueba de Turing fuera una medición adecuada de la inteligencia, y propuso la habitación china:

Supongamos que en una habitación hay un hombre con un diccionario de idioma chino y que se comunica a través de dos ranuras en la pared, en una de ellas otra persona que está fuera introduce un frase escrita en idioma chino. La que está dentro al recibir la hoja busca en el diccionario los caracteres chinos y su misión será responder a esa frase con otra nueva frase también en chino e introducirla por la segunda ranura. Desde el punto de vista de las personas que se encuentran en el exterior de la habitación , y que no saben lo que hay dentro, la máquina que hay dentro entiende chino y ha pasado la prueba de Turing.

Según Searly la habitación china se comportaría como un ordenador, hay unas entradas, se aplican unas reglas o combinaciones y se genera una salida. Lo que quiere dejar claro es que una cosa es que se pueda simular la inteligencia y otra es que se tenga o se sea inteligente. Por el contrario, los psicólogos cognitivos están con Turing y afirman que si una máquina realiza una operación de este tipo sí son verdaderamente inteligentes. Searly hace una distinción entre inteligencia artificial débil, donde se mantiene la distinción entre simulación y ejecución y una inteligencia artificial fuerte donde la simulación de inteligencia es inteligencia, y que según él no va a tener éxito.

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