¿Qué es la conciencia y por qué sigue siendo un misterio? Un análisis profundo desde la filosofía y la neurociencia, con referencias académicas y claves actuales.


1. Introducción: el enigma que nos acompaña siempre

La conciencia es aquello más cercano y, al mismo tiempo, más enigmático que tenemos. Cada persona vive inmersa en ella de forma constante: percibe, siente, piensa, recuerda y decide. Sin embargo, cuando intentamos responder con rigor a una pregunta aparentemente sencilla —¿qué es la conciencia?—, nos encontramos ante uno de los problemas más complejos de la filosofía y la ciencia contemporáneas.

Antonio Orbe, en su opúsculo Sobre la conciencia, plantea este desafío desde una perspectiva clara y honesta: no ofrecer respuestas definitivas, sino ordenar las preguntas fundamentales y mostrar por qué la conciencia sigue resistiéndose a una explicación completa. Esta actitud es clave para cualquier aproximación seria al tema.

Este artículo desarrolla y amplía algunas de las ideas centrales de esa obra, integrándolas con aportaciones de la filosofía de la mente y la neurociencia actual, con el objetivo de ofrecer una visión profunda, actualizada y accesible.


2. Definir la conciencia: una dificultad estructural

La primera gran dificultad al estudiar la conciencia es su carácter subjetivo. A diferencia de otros fenómenos naturales, la conciencia no se observa desde fuera, sino que se vive desde dentro.

En términos generales, podemos definir la conciencia como:

La experiencia subjetiva de estar en el mundo y de ser alguien que experimenta ese mundo.

Esta definición, cercana a la que sugiere Orbe, incluye varios elementos clave:

  • Experiencia
  • Subjetividad
  • Presencia
  • Sentido de identidad

El problema es que ninguno de estos elementos se deja medir directamente. Podemos observar neuronas, registrar impulsos eléctricos o analizar conductas, pero no podemos observar la experiencia misma, solo inferirla.

Este hecho marca una frontera epistemológica fundamental entre la conciencia y otros objetos de estudio científico.


3. El flujo de la conciencia: no es una cosa, es un proceso

Uno de los aciertos del enfoque de Orbe es insistir en que la conciencia no es un objeto, sino un proceso dinámico. No aparece como una entidad fija, sino como un flujo continuo de experiencias que cambian de contenido constantemente.

William James ya hablaba a finales del siglo XIX del stream of consciousness, el flujo de la conciencia, una metáfora que sigue siendo extraordinariamente vigente.

Este flujo incluye:

  • Percepciones sensoriales
  • Pensamientos
  • Emociones
  • Recuerdos
  • Imágenes mentales

La conciencia no se “enciende” y se “apaga” como un interruptor, sino que varía en intensidad, claridad y contenido, algo especialmente evidente en estados como el sueño, la meditación, la anestesia o las experiencias límite.


4. Los problemas “fáciles” y el problema “difícil” de la conciencia

Una de las distinciones más influyentes en el estudio contemporáneo de la conciencia es la formulada por David Chalmers y recogida también por Orbe:

4.1 Los problemas fáciles

Son aquellos que, al menos en principio, pueden abordarse con métodos científicos estándar:

  • Atención
  • Memoria
  • Procesamiento de información
  • Reconocimiento de estímulos
  • Control del comportamiento

Estos problemas son “fáciles” no porque ya estén resueltos, sino porque sabemos qué tipo de explicaciones buscamos: mecanismos, funciones, circuitos neuronales.

4.2 El problema difícil

El auténtico núcleo del misterio es otro:

¿Por qué y cómo los procesos físicos del cerebro producen experiencia subjetiva?

¿Por qué la actividad neuronal no ocurre “a oscuras”?
¿Por qué existe algo que se siente como algo?

Este salto explicativo —de lo físico a lo fenomenológico— sigue sin resolverse y constituye uno de los mayores desafíos intelectuales de nuestro tiempo.


5. Conciencia y cerebro: correlación no es explicación

La neurociencia ha logrado avances impresionantes en las últimas décadas. Hoy conocemos con gran precisión:

  • Áreas cerebrales implicadas en la percepción
  • Redes neuronales asociadas a la atención
  • Cambios cerebrales en distintos estados de conciencia

Sin embargo, como subraya Orbe, identificar correlatos neuronales no equivale a explicar la conciencia.

Sabemos, por ejemplo, que ciertas áreas se activan cuando una persona ve el color rojo. Pero:

  • ¿Por qué esa activación se experimenta como “rojo”?
  • ¿Por qué no como un sonido, una emoción o nada en absoluto?

Este es el límite actual del enfoque puramente neurobiológico.


6. Procesos conscientes e inconscientes: una relación compleja

Otro aspecto central del análisis es la distinción entre procesos conscientes e inconscientes. Gran parte de nuestra actividad mental ocurre sin acceso consciente directo:

  • Regulación corporal
  • Hábitos
  • Decisiones automáticas
  • Procesamiento emocional temprano

La conciencia parece operar como una capa integradora, no como el origen de toda actividad mental. Esta idea cuestiona la intuición común de que somos plenamente conscientes de lo que hacemos y decidimos.

Experimentos en psicología cognitiva y neurociencia (como los de Benjamin Libet) sugieren que muchas decisiones se inician antes de que aparezca la experiencia consciente de decidir, lo que abre debates profundos sobre la libertad, la responsabilidad y el yo.


7. Grados y estados de conciencia

Lejos de ser binaria, la conciencia se presenta en grados. Esta idea, presente en el opúsculo de Orbe, resulta fundamental para comprender su naturaleza.

Algunos estados relevantes son:

  • Vigilia plena
  • Sueño con sueños
  • Sueño profundo
  • Estados meditativos
  • Estados alterados por sustancias
  • Estados patológicos (coma, estado vegetativo)

Estos estados muestran que la conciencia puede expandirse, contraerse o transformarse, lo que refuerza la idea de que no es una entidad fija, sino una propiedad emergente de sistemas complejos.


8. Principales enfoques filosóficos sobre la conciencia

8.1 Dualismo

Defiende que mente y cuerpo son sustancias distintas. Aunque intuitivamente atractivo, presenta graves problemas para explicar la interacción entre ambas.

8.2 Fisicalismo

Sostiene que todo lo mental es reducible a lo físico. Es la posición dominante en ciencia, pero tiene dificultades para explicar la experiencia subjetiva.

8.3 Funcionalismo

Define la conciencia por su función, no por su sustrato. Aporta claridad conceptual, pero no resuelve el problema fenomenológico.

Orbe no se adscribe dogmáticamente a ninguna de estas posiciones, y esta prudencia intelectual es uno de los valores de su obra.


9. ¿Es la conciencia una propiedad emergente?

Una de las hipótesis más interesantes es la de la emergencia: la conciencia surgiría cuando un sistema alcanza cierto nivel de complejidad e integración.

Teorías como:

  • La Teoría de la Información Integrada (Tononi)
  • Modelos globales de espacio de trabajo (Baars, Dehaene)

intentan formalizar esta idea, aunque todavía están lejos de ofrecer una explicación definitiva.

La mención de Orbe a la aparente “redundancia” neuronal puede interpretarse en esta línea: la conciencia podría requerir exceso, integración y complejidad, no eficiencia mínima.


10. Implicaciones filosóficas y humanas

El problema de la conciencia no es solo teórico. Tiene implicaciones profundas para:

  • La ética
  • La inteligencia artificial
  • La medicina
  • La comprensión del sufrimiento
  • La identidad personal

Entender qué es la conciencia implica preguntarnos qué significa ser humano y qué valor otorgamos a la experiencia subjetiva de los demás seres.


11. Conclusión: aprender a convivir con el misterio

Sobre la conciencia de Antonio Orbe no pretende cerrar el debate, sino algo más honesto y necesario: mostrar por qué el debate sigue abierto.

La conciencia aparece así como:

  • Un fenómeno central
  • Radicalmente cercano
  • Profundamente misterioso

Aceptar esta tensión entre conocimiento y desconocimiento no es una debilidad intelectual, sino una forma madura de aproximarse a uno de los grandes enigmas de nuestra existencia.


12. Referencias académicas y bibliografía básica

  • Chalmers, D. (1996). The Conscious Mind. Oxford University Press.
  • Dennett, D. (1991). Consciousness Explained. Little, Brown and Company.
  • James, W. (1890). The Principles of Psychology. Harvard University Press.
  • Dehaene, S. (2014). Consciousness and the Brain. Viking.
  • Tononi, G. (2008). Consciousness as Integrated Information. Biological Bulletin.
  • Orbe, A. Sobre la conciencia. Opúsculo.

Deja un comentario

Get the Book

El Método del 1%: Transforma tu cuerpo, tu mente y tus hábitos con pequeñas acciones diarias 

Be Part of the Movement

Cada día un artículo de psicología sobre bienestar y desarrollo personal. Suscríbete al newsletter.

Volver

Se ha enviado tu mensaje

Advertencia

Últimas entradas

Tu Asistente Emocional es una guía clara y práctica para usar la inteligencia artificial como aliada de tu bienestar. Te ayuda a usar un asistente de IA como un espejo amable que te ayuda a comprender tus emociones, cultivar hábitos saludables y crecer con propósito

La tecnología al servicio del bienestar emocional. 

¿Qué encontrarás en este libro? 

  • Cómo dialogar con una IA para nombrar y regular emociones (ansiedad, tristeza, culpa, frustración). 
  • Rutinas diarias de bienestar: check-in emocional, gratitud, respiración consciente y mindfulness en 2–5 minutos. 
  • Psicología positiva aplicada: optimismo realista, fortalezas, resiliencia y autocompasión
  • Metodología para definir metas con sentido y sostener la motivación. 
  • Guía para elegir y configurar tu asistente (tono, límites, objetivos y recordatorios útiles). 
  • Ética y privacidad: uso responsable, riesgos de dependencia y buenas prácticas. 
  • Casos reales y ejercicios paso a paso para integrar lo aprendido. 

Descubre más desde ipsicólogo

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo