Dice este principio que en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia. Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones. El ascenso llega a su fin cuando ya no se desempeñan bien sus tareas, es decir, cuando han llegado a su nivel de incompetencia.
Este fenómeno se encuadra dentro de la jerarquiología, o estudio de las jerarquías. El pedagogo canadiense Laurence J. Peter lo describió en su libro «El Principio de Peter», que fue editado por primera vez en 1969, y aún sigue vigente.
Según este principio, cuando se va a seleccionar a una persona para un nuevo puesto se examina si ese empleado desarrolla bien su trabajo actual, pensando que igualmente realizará bien su nuevo puesto, cuando en realidad el puesto nuevo no depende de la competencia en el anterior. El efecto del Principio de Peter puede ser muy negativo para la eficiencia de cualquier empresa u organización, y para evitarlo el autor propone dos alternativas: elegir aleatoriamente a quién promocionar, o elegir a suerte a quien promocionar entre los mejores o entre los peores. Aunque parezca increíble, esto se ha demostrado empíricamente en una revisión del principio: «The Peter Principle Revisited: a Computational Study», (Alessandro Pluchino, Andrea Rapisarda y Cesare Garofalo, 2009). Ya lo dijo mucho antes José Ortega y Gasset: «todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediado inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes», haciendo referencia a los empleados públicos, hoy día se puede extrapolar a todo tipo de organizaciónes.
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