El dinero da felicidad, pero también es importante cómo empleemos ese dinero, ya sea el que nos ha tocado en la lotería de la Navidad o el ganado en nuestro trabajo. En estos años en que éste escasea, y por ende el dinero, hay que optimizar el gasto para optimizar nuestra vida y nuestra felicidad.
En la Universidad de British Columbia la psicóloga Elizabeth W. Dunn se ha realizado un estudio de cómo influye la forma de gastar el dinero en nuestra felicidad. Se halló que, por ejemplo, gastar en experiencias como un viaje o un concierto genera más felicidad que gastarlo en bienes tangibles, como una moto o unos pantalones. La felicidad en el primer caso, y aunque no lo parezca, es más duradera, por que hemos compartido experiencias con otras personas, mientras que con los objetos no (tal vez habría que hacer una excepción con los smartphones tipo iphone o galaxy, que llevan incorporados aplicaciones de las redes sociales). También se obtiene mayor felicidad cuando gastamos nuestro dinero en otros, por ejemplos en regalos, y Navidad es la cita anual de los regalos por excelencia; o cuando somos altruistas y hacemos donaciones, que también aumentan en estas fechas de “tanta felicidad para todos”.
Según la psicóloga “este estudio sugiere que incluso el hacer pequeñas alteraciones en la manera en que gastamos el dinero a diario puede hacer una diferencia en la felicidad”. La clave está en cómo se gasta el dinero, no en cuánto tenemos.
Si tienes dinero y aún no eres feliz puede ser porque no lo gastas adecuadamente.
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