La dedicación, el esfuerzo y la implicación en el trabajo son siempre positivos, pero hay que tener cuidado de que esta pasión por el trabajo sea excesiva y se convierta en adicción. Lejos de la mitificación de la adicción como algo positivo, puede tener graves consecuencias, como problemas de salud, en las relaciones familiares o dentro de la pareja.
Según definió Salanova, del Líbano, Llorens, Schafeli y Fidalgo en 2008 la adicción es el daño laboral de tipo psicosocial caracterizado por el trabajo excesivo como consecuencia de una irresistible necesidad de trabajar sin parar. Para que se dé la adicción se ha de trabajar más de lo requerido, descuidar otras áreas de la vida del trabajador, y que no sea por causas externas al trabajador como un ascenso, desarrollo de la carrera profesional, o poca vida social, sino como una compulsión interna o necesidad.
Algunas características de la adicción según estos autores son el trabajo excesivo y compulsivo, la negación del problema, la necesidad de control, problemas extra laborales, vitalidad, energía y competitividad y los problemas de rendimiento a medio-largo plazo.
Sobre esto último la Universidad Nacional de Educación a Distancia UNED (España) junto con la Universidad Erasmus de Róterdam (Países Bajos) ha realizado un estudio con 180 emprendedores españoles en el que relacionan la adicción y el rendimiento.
Hicieron dos grupos: los adictos al trabajo y los implicados que trabajaban con pasión pero sin obsesionarse con él, los que desconectan y tienen emociones positivas con el trabajo bien hecho. El estudio se ha publicado en el Journal of Managerial Psychology
Las conclusiones obtenidas son que las emociones negativas producidas por el grupo adicto -sentimiento de culpa, ansiedad y malestar- influían negativamente en el rendimiento y como consecuencia de esto al crecimiento del negocio, Todo lo contrario con los comprometidos: las emociones positivas ayudan al aumento del rendimiento y al bienestar de los empleados.
Juan Antonio Moriano, uno de los autores del trabajo, concluye que la dependencia obsesiva con el trabajo es tan negativa en las personas como la adicción al juego o las drogas. La receta que da para convertirla en una pasión positiva es logrando un clima laboral agradable, donde tanto jefes como empleados ponen en práctica sus competencias y creatividad sin miedo a ser sancionados por sus errores.
Muchas veces trabajar más no es trabajar mejor.
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