Ana Farré y Oriol Lugo colaboran con ipsicologo.com con este artículo sobre las Terapias Neurocientíficas:
Cada día sufrimos más trastornos, enfermedades y malestar psicológico. Esto es algo que padecemos a diario o que percibimos en la gente de nuestro entorno. ¿Cómo puede ser que en pleno siglo XXI nos sea tan difícil ser felices?
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La respuesta reside en nuestro cerebro. A través de los recientes descubrimientos en el campo de las Neurociencias, las ciencias que estudian el cerebro y su funcionamiento, podemos saber que ocurre cuando estamos estresados, con ansiedad o con miedos. Este conocimiento ya no permanece resguardado en los hospitales y los centros de investigación, sino que ahora está a nuestro alcance.
A través de las «Terapias Neurocientíficas» podemos hacer uso de toda esta información para así llegar a super aquello que nos impide sentirnos en plenitud. Estas terapias tienen un aval científico y la aplican psicólogos y psiquiatras.
Existen cuatro Terapias Neurocientíficas o de reprocesamiento, que son: el EMDR (Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares), el Coaching Wingwave, el Brainspotting y las TIC (Técnicas de Integración Cerebral).
A diferencia de las terapias convencionales, que utilizan principalmente el diálogo entre el psicólogo y el paciente, con estas metodologías no se hace un uso predominante del lenguaje, sino que se utilizan una serie de técnicas específicas.
El EMDR (Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares), es de las cuatro terapias, la que está más reconocida y extendida. Está aceptada por la OMS (Organización Mundial para la Salud) como una terapia de uso preferente ante eventos traumáticos como por ejemplo: catástrofes naturales, conflictos bélicos o atentados terroristas. Además, se utiliza en diferentes hospitales de España como en el Hospital Clínico de Barcelona, en la Unidad de Agresiones Sexuales. Esta terapia emula los movimientos de la fase REM. Cada noche cuando dormimos pasamos por una fase de sueño profundo donde movemos los ojos de manera muy rápida. Con esta metodología, el terapeuta pide al paciente que siga sus dedos, en horizontal, mientras piensa en el recuerdo o la escena perturbadora. Esto permite que su organismo se relaje, que el estímulo pierda intensidad y que el recuerdo pueda conectarse con una nueva información o con otros recuerdos más positivos (reconsolidación).
El Coaching Wingwave, va más allá de los movimientos oculares rápidos (MOR) y añade un test kinesiológico, que permite detectar pequeñas respuestas inconscientes al estrés, y así podemos encontrar el origen de la perturbación. El trabajo principal se hace en este recuerdo temprano.
Otra terapia sería la del Brainspotting, que trabaja con los “brainspots”, o puntos de acceso a la experiencia. Por ejemplo, cuando nos quedamos con la mirada perdida, muchas veces estamos recordando o viviendo mentalmente situaciones personales. Si detectamos esta posición ocular, podemos hacer que la persona conecte directamente con la experiencia del suceso y que haga aflorar el material que lleva dentro.
Y las TIC (Técnicas de Integración Cerebral), facilitan la conexión del hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo. Cuando los dos hemisferios están sincronizados, nos sentimos liberados y la perturbación se reduce.
Estas terapias demuestran que podemos liberarnos de aquello que nos preocupa de una forma rápida y eficaz. Ya no es necesario estar años y años en consulta para poder sentirse feliz.
¡La ciencia está a nuestra disposición y nos brinda nuevas oportunidades!
Ana Farré y Oriol Lugo
Psicólogos y expertos en Terapias Neurocientíficas
Investigadores en la Facultad de Psicología Blanquera URL
Co-directores de OWL INSTITUTE
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