Nuestra mente está continuamente reaccionando a los estímulos a los que nos exponemos: una respuesta de un amigo, una acción de otro conductor, e incluso a un pensamiento que nos surge sobre un acontecimiento del pasado. Y esas reacciones parecen que son inconscientes, es decir, que se producen sin que la «observemos» en nosotros mismos, sin mediar «nosotros mismos», ocurren como un resorte automático. Por ejemplo, cuando pensamos en la bronca injusta del jefe, automáticamente sentimos rabia, somos como marionetas controladas por los hilos de los pensamientos y las emociones.
Suscríbete para obtener acceso
Sigue leyendo el contenido y todo el contenido premium suscribiéndote hoy mismo.
Deja una respuesta