Miguel Bosé cree que toda la crisis mundial de la Covid-19 es una conspiración, y así lo dijo en el programa Lo de Évole (18 de abril de 2021), programa de máxima audiencia en La Sexta (España).
Una teoría de la conspiración es un conjunto de creencias falsas en donde la causa última de una situación se debe a una trama de una serie de personas que colaboran en conjunto con un objetivo, a menudo de forma ilegal y en secreto (definición de Swamy y Furnham, 2014). Desde el punto de vista de la psicología es interesante saber las variables psicológicas que entran en juego, y de qué forma influyen en las personas, como el pensamiento analítico o la apertura mental, para así poder contrarrestar los sesgos (errores) cognitivos que determinan la creencia en estas teorías.
Hay 5 ingredientes en las teorías de la conspiración (Van Prooijen, 2014):
Patrones: la causa de un suceso no es fruto de la pura coincidencia, si no que está conectado con acciones de personas u objetos, se necesita encontrar una causa o motivo a un hecho, la covid tiene que ser provocada por alguien/algunas personas.
Agencia: tiene que haber algún propósito y hay un plan detallado, en este caso, según Bosé, por el grupo de Davos.
Coaliciones: intervienen más de una persona, es un complot, los ricos, los fascistas, la ultraderecha, etc.
Hostilidad: este grupo de personas son malvadas y egoístas.
Continuación: funcionan de forma continua, incierta y en secreto.
Las teorías de la conspiración aparecen en todas las culturas del mundo, afectan al comportamiento, creencias, salud y a las relaciones interpersonales de las personas que las siguen, son emocionales y se asocian al pensamiento intuitivo, en lugar del pensamiento analítico y el abierto (apertura mental), cómo sería lo lógico.
Estas creencias son sociales, es decir, se desean compartir con los demás e impulsan el conflicto entre diferentes grupos sociales.
Si en una persona confluye un sentimiento de amenaza con la necesidad de establecer relaciones causales de unos hechos extraordinarios determinados, tenderá a dejarse influir por alguna teoría de la conspiración.
Creo que hay que apoyarse en el pensamiento crítico, que es aquel que pone atención en el contenido y las pruebas, y es cuidadoso con la información. Y en la apertura mental, es decir, hay que cuestionarse incluso nuestras propias creencias y ver las distintas alternativas, para evitar caer en el sesgo de confirmación (solo buscamos información que demuestre lo que pensamos).
Miguel Bosé no aportó absolutamente nada para apoyar su postura, simplemente se limitó a decir que lo que decía era «la verdad», no aceptando entrar al debate con un experto en la materia. Es como si pidiera un acto de fe hacia su persona, qué divo él.
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