
Con tanta multitarea, cambios constantes y tanta información que nos llega de todos lados (sobre todo de las TICs, correo, móvil,…) nuestra atención se dispersa y nuestro rendimiento decae, mejor hacer las cosas de una en una, concentrándonos en lo que estamos haciendo. Esto es la base del Mindfulness, la atención plena en el momento presente, de forma consciente, y es válido también en el ámbito laboral.
El estrés que se genera hay que saber gestionarlo, ya que es difícil eliminarlo completamente (y un poco de estrés viene bien, nos mantiene atentos y alertas). Aparece cuando las demandas (de tiempo, esfuerzo, complejidad) hacia el trabajador superan su capacidad y recursos, por eso, cada persona reacciona de forma diferente, porque depende de su forma de ser y de los recursos que posea. Para algunas personas los cambios constantes o el trabajo duro supone un valor para su desarrollo laboral y una experiencia positiva, pero para otras supone padecer enfermedades psicosomáticas como trastornos gastrointestinales.
CONDICIONES EXTERNAS+CONDICIONES DEL INDIVIDUO=ESTRÉS
¿Qué cosas nos estresan en el trabajo?
El exceso de trabajo, evidentemente.
El tiempo de entrega de las tareas.
No saber decir que no.
La responsabilidad.
Las relaciones entre empleados.
La ambigüedad de las tareas.
El perfeccionismo en las tareas.
La ambición.
El nivel de formación.
Los deseos de logros, las expectativas. Son las principales.
Y cuando el estrés perdura en el tiempo provoca alteraciones del sueño, alimentación y sexualidad, ansiedad, depresión,, taquicardia, concentración y memoria, y mayor riesgo de infecciones. Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el estrés es el segundo problema de salud relacionado con el trabajo en Europa.
Recordemos que el mindfulness se puede definir como la capacidad de prestar atención, de forma intencionada, en el momento presente, sin juzgar, aceptando la experiencia tal como es, sin querer cambiar nada. Su práctica desarrolla una mayor consciencia, claridad y aceptación de la realidad del momento presente.
Como habilidad psicológica se puede entrenar, podemos aprender a no reaccionar a un estímulo, como una bronca de un compañero o un cliente, por ejemplo, de forma automática en ese momento. Aumentar la concentración y la atención, en ese momento, consigue tener más serenidad, viendo la realidad con más claridad y calma.
Se realizó un programa de Mindfulness en la empresa Heineken (en 2012), el cual constaba de 8 sesiones por grupo, de dos horas de duración, cada semana, y de carácter voluntario, se llegó a la conclusión. Se realizaron 238 sesiones y participaron 1579 empleados. El resultado final fue muy satisfactorio ya que el 92% pensó que les ayudó a adquirir habilidades para aplicar en su trabajo, el 95% que favoreció a su desarrollo personal y el 96% pensó que ayudaba a sentirse mejor en el entorno laboral.
El cambio se da en la actitud cuando se cambia de decir «esto es difícil», a decir «voy a intentarlo», el ambiente es más agradable, se evitan tensiones, hay una mayor capacidad de adaptación, y se toman mejores decisiones.
Si necesitas un programa de Mindfulness para aplicarlo en tu trabajo contacta conmigo y lo desarrollamos.
Fuente: Beneficios de Mindfulness sobre estrés laboral. Emilio García Hernández. 2017. Congreso Prevencionar.
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