Transforma tu ansiedad en fortaleza: Descubre cómo la Terapia de Aceptación y Compromiso te ayuda a construir una vida significativa

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Según el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders five,DSM-5 (2014), la ansiedad generalizada es un trastorno mental que consiste en la preocupación excesiva del anticiparlos eventos a futuro, causando inquietud o sensación de estar atrapado, fatiga, irritabilidad, dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco y problemas del sueño, entre otros síntomas.

Hay una preocupación desproporcionada con resptecto al estímulo que lo causó, que dura bastante tiempo, y se mantiene un estado de alerta constante.

El tratamiento con terapia cognitiva conductual está ampliamente evidenciado, pero se aborda el síntoma como algo a extinguir, se busca que no aparezcan los síntomas anteriores. Por eso, la terapia de aceptación y compromiso está dando unos resultados mejores, ya que su punto de partida es la evitación experiencial, y el cambio de los valores del paciente. Se basa en la idea de que la aceptación de los pensamientos y emociones incómodos, en lugar de tratar de controlarlos o evitarlos, es la clave para lograr un mayor bienestar psicológico. Se busca, una vez localizados los esfuerzos por evitar situaciones, pensamientos y conductas, aversivos, no evitarlos, sino aceptarlos tal y como son. Esta aceptación no es lo mismo que la conformidad o la resignación, sino que significa saber que las emociones negativas están ahí, y que son parte de la experiencia. Por ejemplo, tenemos una exposición en clase y esto nos preocupa porque estamos pensando en lo nervioso que nos vamos a poner durante ella. La aptitud que deberíamos tener es la de que es normal sentir un poco de ansiedad, que acompaña aquellas durante aquellas experiencias que nos cuestan más de lo normal, como una exposición en público.

Los elementos que integran la ACT son eficaces en el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada:

La ACT introduce el concepto de FLEXIBILIDAD PSICOLÓGICA, que es la capacidad de estar en el presente de una forma más consciente, «disfrutando» de todos los matices que lleva aparejado, ya sean positivos como negativos. Es la capacidad de sentir y pensar con apertura mental, curiosa y amable con lo que ocurre, adaptándose a las circunstancias cambiantes de la vida y no quedar atrapado en patrones de pensamiento o comportamiento rígidos. Por ejemplo, un paciente con ansiedad puede aprender a tolerar la incertidumbre y darse cuenta de que el control absoluto no siempre es posible.

La práctica de mindfulness o atención plena implica prestar atención de manera consciente y sin juzgar a lo que está sucediendo en el momento presente. En el contexto de la ansiedad, esto puede ayudar a un paciente a darse cuenta de los pensamientos y emociones que están contribuyendo a su ansiedad, sin juzgarlos ni tratar de cambiarlos. Por ejemplo, un paciente podría ser enseñado a hacer ejercicios de respiración mientras se enfoca en sus sensaciones corporales, permitiéndose ser consciente de la ansiedad y reconocer que estos pensamientos y sensaciones pueden existir sin controlar su comportamiento.

Mediante la defusión cognitiva, como método para mejorar la conciencia sobre su actividad psíquica. La defusión se refiere a la habilidad de observar los pensamientos y emociones desde una perspectiva más distante, sin identificarse con ellos. En el contexto de la ansiedad, esto puede ayudar a un paciente a ver sus pensamientos y emociones como eventos mentales transitorios, en lugar de verdades absolutas que deben ser controlados. Un ejemplo de una técnica de defusión podría ser la de nombrar pensamientos negativos y tratar de verlos como «historias que nos contamos a nosotros mismos» en lugar de verdades absolutas.

Las metáforas son una herramienta poderosa en la terapia ACT porque pueden ayudar a un paciente a entender conceptos abstractos de una manera más concreta y visual. Por ejemplo, un paciente con ansiedad podría sentir que está atrapado en un «pozo» de ansiedad. La metáfora es sobre un hombre que cae en un pozo, tiene una pala, y lo único que se le ocurre es cavar y echar la tierra fuera del hoyo, pero se da cuenta que haciendo eso lo único que consigue es estar cada vez más hondo. La idea es que esta metáfora pueda ayudar al paciente a visualizar un camino hacia la salida de la ansiedad.

Evaluar los valores del paciente: El primer paso es ayudar al paciente a explorar y definir sus valores personales. Esto puede hacerse a través de preguntas abiertas, como «¿Qué es importante para ti en la vida?» o «¿Cuáles son tus prioridades?» También se pueden utilizar hojas de trabajo o ejercicios para ayudar al paciente a identificar los valores que son importantes para ellos.

Identificar los obstáculos: Una vez que el paciente ha identificado sus valores, es importante ayudarles a identificar los obstáculos que se interponen en el camino de vivir una vida en consonancia con sus valores. Esto puede incluir patrones de pensamiento o comportamiento inadaptados que les impiden tomar medidas en línea con sus valores. Identificar estos obstáculos ayudará al paciente a crear un plan para superarlos.

Crear un plan de acción: Una vez que se han identificado los valores y los obstáculos, es importante ayudar al paciente a crear un plan de acción. Esto puede implicar identificar pasos concretos que el paciente puede tomar para actuar en línea con sus valores y superar los obstáculos identificados. Es importante asegurarse de que el plan de acción sea realista y manejable para el paciente.

Fomentar la autocompasión: El proceso de vivir una vida en consonancia con los valores no siempre es fácil y puede llevar a situaciones difíciles o momentos de fracaso. Por lo tanto, es importante fomentar la autocompasión y recordar al paciente que la aceptación de los desafíos y el aprendizaje de ellos es parte del proceso.

Revisar y ajustar: El proceso de vivir una vida en consonancia con los valores no es un camino lineal y puede requerir ajustes en el camino. Es importante alentar al paciente a revisar regularmente su plan de acción y hacer ajustes según sea necesario para garantizar que estén actuando en línea con sus valores a largo plazo.


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