Nos encontramos en plena ola de contagios por la variante Omicrom de la enfermedad Covid-19, por lo que vemos a nuestro alrededor, casi la mitad de nuestros conocidos lo han cogido. Afortunadamente el ritmo de vacunación está salvando a muchas personas de terminar hospitalizado, al menos en el Primer Mundo, :((
Cuando alguien nos cuenta cómo le ha afectado la vacuna empieza a detallarnos una lista de síntomas, que concuerdan con los que nos dicen por la prensa, pero hay una cosa de la que hasta ahora no se ha hablado, el efecto nocebo.
Recientemente se han publicado artículos que podrían confirmar este efecto en personas vacunadas contra la Covid-19.
El efecto nocebo se da cuando al tomamos una medicación y nos informan de sus posibles efectos, empezamos a sentir esos efectos secundarios, aún cuando nos hayan dado un placebo, es decir, una sustancia que no tenía ningún componente del supuesto fármaco (para ampliar la información del efecto placebo, lee el artículo siguiente al anterior a este). Digamos que es lo contrario al placebo, en lugar de curar algo inocuo, el nocebo nos provoca una reacción negativa a algo inocuo.
La proporción de síntomas debidos al efecto nocebo, según los autores de los estudios, no es nada desdeñable: 35% después de la primera dosis y 32% en la segunda. Esto es lo que se llama en términos coloquiales la autosugestión, al vacunarnos se activan los mecanismos del efecto nocebo: la ansiedad y las expectativas de sufrir los efectos secundarios.
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